09/12/2015
El lipofilling o lipotransferencia, una técnica cuyo origen está en la cirugía estética, se posiciona cada vez más como una opción eficaz en las intervenciones de cirugía reparadora, a las que aporta más rapidez, tanto en el desarrollo de la propia intervención como en el postoperatorio, y menos cicatrices u otras secuelas traumáticas.
La lipotransferencia consiste en la extracción de tejido adiposo (grasa) de una zona del cuerpo mediante una punción y su implantación en otra parte necesitada de reconstrucción. A diferencia de los implantes artificiales, esta grasa autóloga (es decir, procedente del mismo organismo del paciente) favorece la regeneración celular y es menos susceptible de alergias, infecciones y rechazo por el sistema inmunitario.
Dado su auge, la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) ha dedicado a esta técnica su reciente Congreso de Residentes de Cirugía Reparadora, celebrado en Barcelona. En concreto, los asistentes estudiaron, sobre todo, las posibilidades que ofrece el lipofilling en reconstrucción mamaria y craneofacial y en intervenciones practicadas por malformaciones corporales, sean de origen congénito, autoinmune, oncológico o traumático.
Además de su uso en intervenciones como éstas, los expertos en lipotransferencia investigan y aplican de forma creciente la capacidad regenerativa de las células madre contenidas en el tejido adiposo. Estas células se transforman en otras por contigüidad después de autoperpetuarse; en otras palabras, dejan en herencia una célula igual a ellas antes de convertirse en otra. Favorecen así tanto la curación más rápida de heridas, lesiones o cirugías como la mayor calidad del proceso, entendiendo por tal la aparición de menos cicatrices y un tejido resultante más parecido al original.
El Dr. Joan Fontdevila, director del mencionado Congreso de Residentes, jefe de Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Clínico de Barcelona y profesor asociado de la Universidad de Barcelona, explica que “las células madre, a día de hoy, no curan nada por sí solas. Lo que hacen es refinar y perfeccionar los resultados obtenidos con otras técnicas, como el injerto de grasa en sí realizado con la lipotransferencia, que es el que aporta los volúmenes buscados en la reconstrucción”.
“En España, la intervención de cirugía reparadora en la que está más generalizado actualmente el empleo del lipofilling -continúa el Dr. Fontdevila- es la reconstrucción mamaria. Recurrir a esta técnica evita el uso de implantes artificiales en aquellas pacientes en los que no son bien tolerados. En otros casos, su utilización, que implica básicamente una punción para aspirar la grasa y una inyección para retransferirla, permite prescindir de cirugías más tradicionales, en las que piel y grasa se cortan directamente para trasplantarlas, con las consiguientes cicatrices”.
La Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética aboga, de hecho, por el uso de tejidos propios de las pacientes como estándar en reconstrucción mamaria, salvo para aquellas en las que esté contraindicado -como las mujeres muy delgadas con pocos tejidos para recrear la nueva mama-, las que tengan otras preferencias estéticas o aquellas en las que exista algún riesgo si se emplea esta técnica, como determinadas pacientes fumadoras o que padezcan diabetes, enfermedades del tejido conectivo o enfermedades cardiovasculares.
Precisamente, a fin de difundir técnicas de reconstrucción con tejidos propios como el lipofilling, la Sociedad Española de Trasplante de Grasa (SETGRA) y la SECPRE han colaborado en la edición de la primera Guía Clínica sobre Lipotransferencia en español, de forma que los cirujanos puedan profundizar en su conocimiento, recurrir a ellas con todas las garantías y contribuir a su mejor conocimiento por los pacientes.